Una examinación de las primeras pandillas documentadas en el departamento del sheriff del condado de Los Ángeles

Parte de Una tradición de violencia, una extensa investigación de más de cinco décadas de abuso, terror y asesinato llevados a cabo por pandillas dentro del departamento del sheriff del condado de Los Ángeles.

Advertencia de contenido: Esta serie detalla explícitamente los actos de violencia (incluido el asesinato) llevados a cabo por funcionarios de ejecución de la ley. Por favor cuídese de sí mismo y vea cómo se siente antes de elegir leer.     

Hay por lo menos 24 pandillas dentro del departamento del sheriff del condado de Los Ángeles. Funcionarios de varias agencias gubernamentales, incluida la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, el Fiscal de Distrito del Condado de Los Ángeles, el Subcomité Senatorial de Conducta de Oficiales de Policía del Senado de California y la Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos han escuchado testimonios sobre la violencia infligida a las comunidades a manos de pandillas de agentes. Las pandillas de agentes han asesinado por lo menos a 40 personas, todas ellas hombres de razas oprimidas. Por lo menos 10 de ellos tenían una enfermedad mental. El condado de Los Ángeles mantiene una lista de demandas relacionadas con las pandillas de agentes. Los litigios relacionados con estos casos le han costado al Condado poco más de $100 millones durante los últimos 30 años.

En la sección 186.22 del Código Penal de California, una pandilla criminal se describe como cualquier organización o grupo de tres (3) o más personas que
1. tiene un nombre, símbolo o signo de identificación compartido
2. tiene, como una de sus actividades principales, la comisión de una de una lista larga de delitos en California y
3. cuyos miembros se han involucrado en un "patrón de actividad de pandillas criminales" … solos o colectivamente.

Las pandillas de los sheriffs encajan en la descripción.

A pesar de las peticiones de Knock LA, el departamento del sheriff del condado de Los Ángeles no proporcionó comentarios para la serie.

Orígenes

Peter Pitchess, el 28° sheriff del condado de Los Ángeles, supervisó una nueva ola de expansión y modernización agresiva después de su elección en el año 1958. Introdujo políticas que impulsaron una violencia desproporcionada hacia las comunidades negras y latinas, y cuyos legados persisten en la actualidad: porras, helicópteros, persecuciones en autopistas y el primer equipo SWAT del condado. Las fuerzas recién armadas estuvieron en plena exhibición el 29 de agosto de 1970, un día que persiguió a Pitchess por el resto de su carrera: la Moratoria Chicana.

El departamento del sheriff del condado de Los Ángeles ha acechado las calles de Southland desde mediados del siglo XIX. La propia historia interna del departamento describe el período como “tan caótico que la anarquía fue la regla, más que la excepción”. Si bien el departamento careció de instalaciones de capacitación o incluso de uniformes durante gran parte de su historia temprana, eso no impidió que expandiera sus operaciones a través de todo el condado.

El amanecer de los Little Devils

Ese sábado fue húmedo y lleno de smog, pero se estima que 25.000 angelinos todavía se dirigieron al bulevar Whittier en el este de Los Ángeles para marchar contra la guerra de Vietnam. Los agentes del sheriff comenzaron el día dirigiendo pacíficamente el tráfico, siguiendo las instrucciones de Pitchess de mantener un “perfil bajo”. Pero alrededor de la 1:30 de la tarde, cientos de agentes adicionales llegaron al lugar vestidos con cascos antidisturbios. El historiador de Los Ángeles Mike Davis, que estuvo ahí ese día, escribe en su libro Set The Night on Fire: LA in the Sixties [Prender fuego la noche: Los Ángeles en los años sesenta], “después de una advertencia esporádica de que la manifestación era una ‘asamblea ilegal’, comenzaron a empujar, pinchar y … donde hubo cualquier resistencia, golpear a la gente”. Los agentes arrestaron a unas 150 personas y cuatro más fueron asesinadas, incluso el periodista y crítico de las fuerzas de la ejecución de la ley Rubén Salazar.

La noche antes de su muerte, Salazar informó a sus amigos y colegas que sospechaba que estaba bajo vigilancia policial. Fue alcanzado por un proyectil de gas lacrimógeno mientras estaba sentado dentro de un café bebiendo una cerveza con su equipo, esperando que las cosas se calmaran afuera. El agente Thomas Wilson, quien disparó el tiro fatal, nunca fue disciplinado por sus acciones.

La muerte de Salazar encendió las críticas al departamento y resultó en la investigación forense más larga en la historia del condado. La familia de Salazar finalmente llegó a un acuerdo con el condado por $700,000. Pitchess sostuvo que “no hubo absolutamente ninguna mala conducta por parte de los agentes involucrados [en el incidente] o los procedimientos que siguieron”. Sin embargo, tres años después, en un memorando interno, la gerencia del departamento reconoció a la primera pandilla de agentes: los Little Devils. Los miembros presuntamente infligieron violencia a los manifestantes durante la Moratoria Chicana. El capitán R.D. Campbell compiló una lista de 47 miembros conocidos con el característico tatuaje del diablo rojo, pero no está claro si alguien fue sancionado.

the logo of the east la fort apache sheriffs department station
El logotipo de Fort Apache tal como se ve en la estación del este de Los Ángeles. (Foto cortesía de LAist)

Los agentes que trabajaban en la estación del este de Los Ángeles parecían estar orgullosos del terror que infligieron a la comunidad durante la Moratoria Chicana – un logotipo ahora infame de la estación inmortalizó la violencia desempeñada ese día. El logotipo de Fort Apache muestra un casco antidisturbios de la policía sobre una bota dentro de un círculo de lemas que dicen “siempre una patada en los pantalones”. El otro lema, “Low Profile”, que se traduce como “bajo perfil”, parece burlarse de las instrucciones de Pitchess a los agentes de turno en la Moratoria Chicana. El logotipo fue prohibido por el sheriff Jim McDonnell en el año 2016 porque consideró que era una “falta de respeto” a la comunidad del este de Los Ángeles. La referencia de Fort Apache se remonta a un western con John Ford del mismo nombre del año 1948. La historia se centra en un remoto puesto de avanzada de la caballería estadounidense rodeado por enemigos a quienes los oficiales blancos consideran peligrosos “salvajes”. El sheriff actual de Los Ángeles Alex Villanueva revivió el logotipo poco después de asumir el cargo en el año 2018, pero se negó a comentar por qué. Villanueva trabajó en la estación al principio de su carrera e incluso conoció a su futura esposa ahí.

“Todos fuimos Cavemen”

Sheriff Alex Villanueva posing in his office with his dog with a large desk in the foreground and a Sheriff's star in the background
Sheriff Alex Villanueva posando en su oficina con su perro Alvin. Una bota y un casco con el logotipo de Fort Apache se encuentran debajo de la insignia del sheriff sobredimensionada en la pared detrás de su escritorio. (Fuente: Facebook via LASD)

Las pandillas de agentes continuaron desarrollándose en la estación del este de Los Ángeles después de que los Little Devils fueran expuestos. En el año 1991, The Los Angeles Times reportó sobre una nueva pandilla llamada los Cavemen (los cavernícolas). El capitán Ramón Sánchez le dijo al Times que el apodo provenía de un apodo para una habitación con literas en el vestuario de hombres de la estación del este de Los Ángeles. La “cueva” fue utilizada por los agentes masculinos al final de los turnos de noche para descansar cuando tenían que testificar ante el tribunal más tarde ese mismo día. Durante muchos años hubo un mural de cavernícolas en la pared de una de las salas de conferencias. Sánchez continuó describiendo al grupo al Times como una “mezcla de blancos e hispanos y negros” que pasaban tiempo juntos fuera del trabajo o que participaban en competencias deportivas departamentales. Sánchez comenzó a investigar al grupo a finales de la década de los ochenta cuando escuchó rumores de que algunos oficiales tenían tatuajes de cavernícolas. El diseño incluía una caricatura similar a un neandertal con moscas cerca de su cabeza, cada una marcando un incidente de violencia contra un civil. Sánchez sostuvo que algunos agentes tenían tatuajes de cavernícolas, pero sin moscas. No está claro si alguno de los agentes con tatuajes fue sancionado.

Ahora, casi 30 años después de que la pandilla saliera a la luz, un presunto Caveman llegó hasta los altos rangos del departamento: el subcomisario actual del sheriff Villanueva, Timothy Murakami. El propio sheriff Villanueva declaró que cuando trabajaba en la estación del este de Los Ángeles sabía de los Cavemen. En una reunión de la Junta de Supervisores el 12 de marzo del 2019 hizo una declaración extraña sobre su servicio anterior ahí, diciendo: “Todos éramos Cavemen”.

east-la-station-branded-cavemen-mug
Una taza de la estación del este de Los Ángeles con la marca Caveman (Fuente: los-angeles-county.net)

Los Wayside Whities

La cultura de las pandillas cuidadosamente curada en la estación del este de Los Ángeles pronto se abrió camino hacia otras partes del condado. El Centro de leyes y políticas juveniles de la facultad de derecho de la Universidad Loyola ha identificado al grupo Posse que operaba en las instalaciones de Twin Towers Correctional. El Los Angeles Times reportó en 1998 que la pandilla usaba mensajes codificados para comunicarse entre ellos. El sheriff Block le dijo al periódico: “Esto no es aceptable para nosotros. Lo he dicho antes y lo diré de nuevo: Las personas están bajo nuestra custodia como castigo, no por el castigo”. Los miembros del grupo Posse también supuestamente se dirigieron a personas encarceladas que lidiaban con su salud mental. El 1 de agosto de 1998, Danny Smith, un hombre negro a quien se le había diagnosticado una enfermedad mental, fue asesinado a golpes en la cárcel. Un agente dijo que se había puesto del lado malo de sus colegas por “hablar”. Solo nueve días después de la muerte de Smith, el Times reportó otra golpiza en Twin Towers Correctional, donde el hombre quedó con una marca de linternas en la espalda y una bota en el costado. Block declaró que aunque los ocho agentes involucrados en la golpiza de Smith habían sido relevados de sus funciones, otros seis miembros de Posse continuaron trabajando en la cárcel.

En el año 1990, se formó un nuevo grupo dentro del centro de detención Peter J. Pitchess, entonces conocido como Wayside Honor Rancho. La supuesta misión de los Wayside Whities era dominar a los hombres negros encarcelados, especialmente a los que peleaban con prisioneros blancos. Usaban señales de mano con los dedos medios cruzados, creando una “W” e intercambiaban señales con pandilleros encarcelados. Los Whities aparentemente existieron sin reprimendas durante algún tiempo a lo largo de la década de los ochenta antes de salir a la luz pública.

Cuando Clydell Crawford era joven, quería ser oficial de policía, incluso estudió justicia penal en la universidad. Aunque su tío, que trabajaba para el departamento del sheriff, le dijo que los hombres negros como él luchaban en esa línea de trabajo, Crawford no se detuvo. Su afinidad comenzó a cambiar cuando recibió su primer ticket durante su último año de secundaria. “El oficial me trató ahí y supe que algo andaba mal”, dice Crawford. “Tenía la actitud”. Desafortunadamente, ese encuentro fue solo el comienzo de más de 30 años de abuso que Crawford ha enfrentado a manos de las fuerzas de la ejecución de la ley. “Me arrestaron cuatro veces y no hice nada. Y no había nada que pudiera hacer”.

peter-pitchess-detention-center-north-facility-as-seen-from-above
Instalación norte del centro de detención Peter J. Pitchess, visto desde arriba (Fuente: LASD News)

El 2 de diciembre del 1989, Crawford, de 21 años, fue encarcelado en el Wayside Honor Rancho. Discutió con otro preso, que era blanco. El hombre lo golpeó y Crawford le regresó el golpe. “Le gané”, recuerda. Pero alguien alertó a los agentes del sheriff. Crawford dice que un agente entró en su barraca, lo esposó y lo puso contra la pared. Varios otros oficiales se reunieron a su alrededor.

“No me preguntó qué pasó, solo dijo que me iba a enseñar sobre golpear a los blancos. Y ahí fue cuando todos empezaron. Tenían a un oficial negro ahí, no me ayudó a levantarme. Luego apuntaron a mi pierna y gritaban Wayside Whities”, dijo Crawford a KNOCK.LA. En ese momento, no tenía idea de lo que eso significaba. Los agentes golpearon a Crawford con sus linternas, dándole más de 30 golpes en la cabeza, el torso y las piernas. Continuaron golpeando su pierna hasta que se rompió. “Recuerdo que la linterna seguía golpeándome en el mismo lugar una y otra y otra vez hasta que empezó a sangrar y se partió”, dice. “[El agente] se estaba asegurando de que sintiera su ira, asegurándose de que iba a entender dondequiera que estuviera, que los Wayside Whities estaban aquí … Pensé que iba a morir esa noche”.

Después de golpearlo, los agentes le dijeron a Crawford que saltara con su pierna ilesa al departamento médico. Una vez dentro del área de tratamiento, los oficiales dejaron a Crawford tirado negligentemente en una camilla debajo de una fila de teléfonos públicos. “Estaba nervioso y realmente asustado por eso, pero no sabía a dónde iba a ir desde ahí porque sentí que habían intentado matarme. Y pensé que si hubiera intentado hacer una declaración contra ellos, todo saldría mal. Así que levanté el teléfono y llamé a mis padres”. Les dijo dónde estaba y vinieron a la mañana siguiente. Crawford contrató al abogado George V. Denny III y nunca regresó a Wayside.

excerpt-from-letter-to-sherman-block-from-george-denny
En una carta al sheriff Sherman Block, George V. Denny III resalta la quema de cruces en la cárcel central de Hombres.

A finales de los años ochenta, George V. Denny III era uno de los pocos abogados que perseguían casos contra estructuras policiales en el condado de Los Ángeles. Se desempeñó como fiscal adjunto de distrito durante algunos años, lo que le dio una visión única de las funciones de la ejecución de la ley. Denny contrató a David Lynn, un ex-marine que acababa de regresar a Los Ángeles después de varios años en el extranjero investigando violaciones de derechos humanos para las Naciones Unidas, para investigar a los Wayside Whities.

“Esa fue la primera pandilla de la que nos enteramos”, dice Lynn sobre el grupo. “Y un nombre tan descaradamente horrible”.

Lynn descubrió que los Whities mantenían una fuerte presencia en toda la cárcel y le transmitió sus hallazgos a Denny, quien presentó una demanda en un tribunal federal. También envió una carta al sheriff Sherman Block, el Fiscal de Distrito Ira Reiner, el Presidente de la Junta de Supervisores Schabarum, el Abogado del Condado y los jueces presidentes de los tribunales penales y superiores, detallando el caso y pidiendo que se tomaran medidas disciplinarias contra los agentes. No está claro si alguno de los agentes que participaron en el ataque a Crawford fue sancionado alguna vez.

El caso de Crawford nunca llegó a juicio. Lynn dice que eso es común en los casos de pandillas de agentes: “El condado no quiere que estos casos vayan a juicio porque entonces tienen a los agentes y a las víctimas bajo juramento, y ellos evitan eso a toda costa. El condado simplemente sigue tirando dinero a los acusados y los abogados. Es un negocio”. Crawford se conformó con $60,000 y firmó una declaración jurada de que no emprendería ninguna acción por lesiones residuales. Crawford dice que decidió sellar la disputa porque su padre estaba enfermo de cáncer de colon y, sin seguro, estaba destinado a perder la casa familiar. Nunca consideró que más de 30 años después seguiría sufriendo de dolores severos de cabeza y dolor constante en la pierna.

Su vida se ha complicado por su condición de delincuente grave, a lo cual él atribuye la preparación de la gente para el fracaso a través de la estigmatización. “Se salieron con la suya”, dice Crawford viendo su caso en retrospectiva. “Le he contado a la gente a lo largo de mi vida sobre el incidente. Mucha gente simplemente no puede creer que los agentes de policía fueran tan malvados. Quiero decir, realmente lo son”. Denny y Lynn, sin embargo, apenas estaban comenzando sus investigaciones sobre las pandillas dentro del departamento del sheriff del condado de Los Ángeles.

El asesinato de Hong Pyo Lee

Un recorte de la cobertura del periódico LA Times sobre la muerte de Hong Pyo Lee.

Hong Pyo Lee conducía por el área de Compton durante las primeras horas de la mañana del 8 de marzo de 1988. A pesar de sus luchas pasadas, las cosas estaban mejorando para el joven de 21 años. Trabajaba de 50 a 60 horas a la semana en la licorería de su familia en Anaheim y acababa de inscribirse en clases de mecánica automotriz en una escuela de oficios del área de Los Ángeles. Desgraciadamente, su vida fue interrumpida.

Los agentes del LASD sostuvieron que vieron a Lee pasar una señal de alto y se pararon detrás de él, pidiéndole que se detuviera. Dijeron que Lee aceleró y provocó una persecución a través de autopistas y calles hacia Long Beach, con dos policías locales uniéndose. La velocidad de Lee nunca excedió las 45 mph. Se detuvo en un desvío de ferrocarril frente a una fábrica; el área tenía solo una salida. El sargento del sheriff Paul Tanaka — quien pasó a servir como segundo al mando del departamento y fue condenado por delitos cometidos mientras estaba en ese puesto — junto con los agentes Robert Papini, Daniel McLeod y Brian Lee, se detuvieron a unos 15 pies detrás de Lee y sacaron sus armas. El agente John Chapman se acercó al carro de Lee y le ordenó que se rindiera.

Los investigadores dicen que, de la nada, todos los agentes abrieron fuego. Le dispararon a Lee nueve veces por la espalda y lo mataron. El oficial de policía de Long Beach Richard R. Boatwright se dirigió a su compañero y dijo: “Acabamos de observar al sheriff ejecutar a alguien”.

El informe de 12 páginas del ex-fiscal de distrito Ira Reiner reconoció varias inconsistencias entre los relatos compartidos por los oficiales en la escena esa noche. Los agentes dijeron a los investigadores que Lee comenzó a retroceder su automóvil cuando le dispararon, pero no pudieron ponerse de acuerdo sobre qué tan rápido se estaba moviendo. Los dos oficiales de Long Beach dijeron que Lee nunca dio marcha atrás en su vehículo. El informe de Reiner señaló que el automóvil de Lee se estrelló contra una cerca a 120 pies de distancia de donde ocurrió el tiroteo. Su familia también notó moretones en su cara. Aún así, Reiner finalmente determinó que los agentes del sheriff actuaron en defensa propia cuando dispararon. No se presentaron cargos y el departamento nunca indicó públicamente que alguno de los agentes fue disciplinado.

Lee’s family filed a federal lawsuit shortly after his death alleging that his civil rights were violated. They retained attorney George V. Denny III, who again turned to David Lynn to investigate the shooting. Although they didn’t know it yet, the pair had stumbled upon another sheriff deputy gang: The Lynwood Vikings.

La familia de Lee presentó una demanda federal poco después de su muerte declarando que se violaron sus derechos civiles. Contrataron al abogado George V. Denny III, quien nuevamente se dirigió a David Lynn para investigar el tiroteo. Aunque aún no lo sabían, el par se había topado con otra pandillas de agentes del sheriff: los Lynwood Vikings.

LEA MÁS: Cazando a seres humanos

Share this article
The link has been copied!