A medida que los Lynwood Vikings se volvieron más influyentes, tomaron de objetivos tanto a los residentes como a sus colegas del LASD.
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Parte de Una tradición de violencia, una extensa investigación de más de cinco décadas de abuso, terror y asesinato llevados a cabo por pandillas dentro del departamento del sheriff del condado de Los Ángeles.
Advertencia de contenido: Esta serie detalla explícitamente los actos de violencia (incluido el asesinato) llevados a cabo por funcionarios de ejecución de la ley. Por favor cuídese de sí mismo y vea cómo se siente antes de elegir leer.
Hay por lo menos 24 pandillas dentro del departamento del sheriff del condado de Los Ángeles. Funcionarios de varias agencias gubernamentales, incluida la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, el Fiscal de Distrito del Condado de Los Ángeles, el Subcomité Senatorial de Conducta de Oficiales de Policía del Senado de California y la Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos han escuchado testimonios sobre la violencia infligida a las comunidades a manos de pandillas de agentes. Las pandillas de agentes han asesinado por lo menos a 40 personas, todas ellas hombres de razas oprimidas. Por lo menos 10 de ellos tenían una enfermedad mental. El condado de Los Ángeles mantiene una lista de demandas relacionadas con las pandillas de agentes. Los litigios relacionados con estos casos le han costado al Condado poco más de $100 millones durante los últimos 30 años.
En la sección 186.22 del Código Penal de California, una pandilla criminal se describe como cualquier organización o grupo de tres (3) o más personas que
1. tiene un nombre, símbolo o signo de identificación compartido
2. tiene, como una de sus actividades principales, la comisión de una de una lista larga de delitos en California y
3. cuyos miembros se han involucrado en un "patrón de actividad de pandillas criminales" … solos o colectivamente.
Las pandillas de los sheriffs encajan en la descripción.
A pesar de las peticiones de Knock LA, el departamento del sheriff del condado de Los Ángeles no proporcionó comentarios para la serie.
El investigador privado David Lynn ha pasado años examinando pandillas de agentes en el departamento del sheriff de Los Ángeles. Dice que al final de los años ochenta, los vecindarios del sur de Los Ángeles “eran salvajes de cierto modo” en gran parte debido a la ejecución de la ley. “Uno de ellos me dijo que para vencer a las pandillas, tenías que luchar contra ellas en sus propios términos. Tenías que ser como un pandillero, y esa es un poco su mentalidad”, dijo a KNOCK.LA.
Lynn tiene sus propias teorías sobre por qué las pandillas de agentes son tan omnipresentes dentro del departamento, lo cual se basa en su época como infante de marina en Vietnam. “En Vietnam, servimos en un lugar al que no pertenecíamos. Realmente no nos importaba lo que les sucediera a las personas que vivían ahí. Cuando terminara, nos íbamos a casa. Nos enseñaron que las vidas de los vietnamitas no tenían el mismo peso que la nuestra y la de nuestros compañeros soldados”, escribió en esa época en un artículo de opinión para Long Beach Press-Telegram en el año 1990.“ De manera similar, a los agentes de Lynwood se les paga por ir a pelear una guerra en una comunidad en la que no tienen ningún interés personal. Pasan sus días y noches en Lynwood abusando e interrumpiendo maliciosamente las vidas de aquellos que se ven, actúan y viven de manera diferente a ellos… Los agentes de Lynwood ahora saben, como sabíamos en Vietnam, que sus superiores aprueban sus acciones y que sus actos no tienen consecuencias”.
El ascenso de los Vikings
Los Lynwood Vikings se refirieron a su pandilla como los LVS25, por sus siglas en inglés: Lynwood Varrio Sheriffs (Station) 25. La edición de agosto de 1990 del ALADS Dispatcher, el periódico oficial de la asociación de ayudantes del sheriff de Los Ángeles, publicó una foto de tres agentes de Lynwood mostrando la señal de mano de los Vikings.
“El ’25’ es nuestro identificador de estación”, el agente Al Martin dijo al Press-Telegram. “Los agentes [están] diciendo con su señal: ‘Esta es nuestra estación. Estamos orgullosos de ella’”. Un vikingo anónimo dijo al periódico que “es el vecindario, el medio ambiente, a lo que nos enfrentamos lo que nos convierte en vikingos. Hay que tener una identificación sólida ahí afuera debido al elemento minoritario. Es como una guerra”. El Los Angeles Times reportó que la estación de Lynwood contaba con un “mapa de Lynwood con la forma de África, las caricaturas racistas de hombres negros, el ‘boleto a África’ de burla en la pared”.
Lynn dice que las actividades regulares de los Vikings incluían asesinato, asalto con armas mortales, invasíon de casas y tortura. “La gente estaba simplemente aterrorizada”, dice. “Si eres negro o moreno o caminas por tu calle, es el blanco. Realmente no es tan diferente al día de hoy”.
Los Vikings pintaron con aerosol las paredes y los postes de electricidad alrededor de su jurisdicción para marcar su “territorio”. Según consta, una marca LVS25 apareció incluso en el tribunal penal del condado de Los Ángeles frente a la puerta del juez Lance Ito, quien supervisó el caso de O.J. Simpson. Dos agentes también reportaron haber visto LVS25 tallado en dos vehículos adicionales. Los Vikings incluso adoptaron términos callejeros para comunicarse entre ellos, refiriendo a los miembros como “homeboys” y a los oficiales veteranos como “OG”. Un grupo de Vikingos que cubrió el turno de la madrugada se llamó a sí mismos “OGCF”. El término comenzó como un acrónimo de “Original Gangster Crime Fighter”, pero luego llegó a incorporar un insulto en español para las personas negras.
La lucha dentro del departamento
En 1985, los Vikings encontraron un nuevo grupo de víctimas: otros agentes. La agente Kathy Kay registró el auto personal del ex-teniente de Lynwood Walker Force como robado en una computadora del condado. Kay también dijo que el conductor del vehículo estaba “armado y era peligroso”, según documentos judiciales. Kay fue acusada de hacer un informe criminal falso, pero finalmente fue absuelta por un jurado después de un juicio de 10 días. El testimonio de Force iluminó las tácticas que emplearon los Vikings para acosar a otros miembros de LASD.
Force testificó que él y otros altos oficiales de Lynwood fueron acosados repetidamente por sus colegas. Dijo que el capitán de la estación en ese momento, Nick Popovich, tenía frases obscenas pintadas con aerosol en su lugar de estacionamiento. Force recibió llamadas telefónicas de broma, le arrancaron el guardafangos a su carro y recibió un regalo de San Valentín con una rata muerta adentro. También dijo que dos agentes intentaron atropellarlo con su carro. En otro informe policial, Force escribió que se enviaron dos coches fúnebres a su casa a las 3 de la mañana.
En el 1989, el capitán Bert Cueva llegó a la estación de Lynwood y se comprometió públicamente a eliminar gradualmente el símbolo Viking después de que un residente expresara su preocupación por cómo se percibía en el vecindario mayormente personas de color. El nuevo capitán dijo que sabía de por lo menos un caso en el que la marca de la pandilla estaba grabada en el claxon del volante de una patrulla de policía. Cueva quitó una gran bandera Viking que estaba colgada en la estación y la reemplazó por una que mostraba una representación del área. La bandera de reemplazo fue robada rápidamente, y “los agentes Viking se volvieron más recalcitrantes”, según un Viking que habló con el Press-Telegram. Los altos oficiales fueron sometidos al hostigamiento constante por parte de los miembros de las pandillas agentes.
El sargento Pippin, un hombre negro que luego fue vinculado como Viking, recibió un arma cargada en el correo preparada para disparar al abrir el paquete. Presuntamente, al sargento Stan White se le colocaron perros muertos en la parte trasera de su carro, heces de animales debajo del cofre de su carro, colgaron lenguas de vaca en su casillero y fue apuntado con un arma. White finalmente fue reubicado fuera de la estación de Lynwood. Un Viking fanfarroneó ante un periodista del Press-Telegram de que la pandilla lo había “echado”.Continuaron expulsando a sus superiores. Después de que Cueva ordenara el traslado de presuntos Vikings, cuatro lo demandaron por discriminación. Clifford Yates, un agente de la estación de Lynwood durante este tiempo, recuerda en su libro Deputy: 35 years as a Deputy Sheriff from Upstate NY to LA, “Se notificó a cinco oficiales, incluido a mí mismo, que nos iban a trasladar fuera de la estación … Demandamos detener las transferencias”. La demanda finalmente fue desestimada.
Yates también declara que, “Todos fuimos transferidos a lo que se considerarían asignaciones de elección. En nuestra opinión, el problema era que, en lugar de lo que se decía en los artículos de los periódicos, nuestras transferencias nos vincularían con diputados que habían estado involucrados en una mala conducta, y nosotros éramos el cáncer que necesitaba ser eliminado”. Yates ascendió al rango de sargento dentro del departamento. Describe su tiempo en la aplicación de la ley como “Cazando humanos. Es muy divertido”. En 1992, después de sólo tres años en Lynwood Station, Cueva se retiró de la fuerza judicial.
Unirse a la pandilla
Lynn dice que para unirse a la pandilla, un agente tenía que ser un “hard charger“. Eso significaba hacer cosas como falsificar informes para demostrar lealtad hacia los colegas. James Mueller, un abogado de derechos civiles que pasó a seguir casos contra los Vikings, dice que esta mentalidad es común en todas las fuerzas de la ejecución de la ley.. “Desde 1988, he estado haciendo esto, jamás he visto a un agente o un oficial de policía … denunciar a otro oficial por uso excesivo de la fuerza”. La investigación de Lynn confirmó que los Vikings le otorgaban tatuajes a los miembros que “demostraban su valor”. Cada miembro de la pandilla tenía un tatuaje numerado de un vikingo: el número más alto que encontró Lynn fue el 98. El diseño siempre se ubicaba en la pantorrilla izquierda y estaba numerado. Si bien la pandilla estaba compuesta principalmente por hombres blancos, ocasionalmente reclutaban agentes de color, como Paul Tanaka. La pandilla también agregó algunos miembros latinos y cuatro membros negros, pero a los agentes de color que se unieron al grupo se les modificaron los tatuajes para denotar su herencia.
A medida que avanzaba la investigación sobre los Vikings, la postura del condado acerca del asesinato de Hong Pyo Lee a manos del Viking Paul Tanaka cambió. En los meses después de la muerte de Lee, el fiscal de distrito del condado dictaminó que los diputados actuaron en defensa propia. Pero en abril de 1990, dos años después del asesinato, la familia de Lee aceptó un acuerdo de $999,999, financiado por los contribuyentes. El padre de Lee, Sung Kyu Lee, dijo en una rueda de prensa que “Espero que ahora el nombre de mi hijo haya sido exento de culpa. Ahora es el momento de cuidar al resto de la familia”. Lynn sospecha que el papel de Tanaka en el asesinato de Hong Pyo Lee solidificó su posición en la pandilla, ganándole tanto su tatuaje vikingo como el ascenso a teniente: “Si nos hubiéramos equivocado sobre lo que sucedió ahí, no nos habrían dado un millón de dólares para que desaparaciéramos. Así es como te ganas las rayas, por número de muertos “. Sin ninguna repercusión económica ni medidas disciplinarias, los Vikings se sintieron alentados por haber llegado a dicho acuerdo.
Como parte de sus investigaciones sobre los Lynwood Vikings, Lynn descubrió varios incidentes que luego se convirtieron en parte de una demanda federal. “El viernes y el sábado por la noche, básicamente salían y cometían crímenes con su pandilla”, dice Lynn. “Tenían todas las características de una pandilla callejera regular y deberían haber sido tratados como tal, pero, por supuesto, nunca lo fueron”. Alrededor del 16 de octubre de 1989, Demetrio Carrillo se detuvo para hablar con una mujer que estaba recibiendo una citación de un ayudante del sheriff. Los agentes Elizabeth Smith y Anthony Campbell se acercaron a Carillo y lo golpearon. Mientras lo golpeaban, los diputados usaron insultos raciales despectivos. Detuvieron a Carillo y lo acusaron de resistirse al arresto, pero finalmente fue absuelto en el juicio. La experiencia de Carillo fue similar a la de casi otras 100 víctimas mencionadas en el caso federal.
La demanda también expone que el o alrededor del 11 de febrero de 1990, en o cerca de 11162 Virginia en la ciudad de Lynwood, los agentes Jason Mann, Edward M. Nordskog, John Chapman, Gary Blackwell, Michael Wilber, Lance Fralick, Juan Alvarado y por lo menos otros 10 atacaron y golpearon salvajemente a Lloyd Polk, un hombre mitad negro y mitad latino de 21 años. Polk fue arrestado, encarcelado durante 17 días y acusado de agresión. Lynn investigó el caso de Polk y encontró a un testigo independiente que vio a los agentes golpear a Polk con garrotes y patearlo en la calle. Lynn dice: “[Ella] vio la golpiza desde su ventana y llamó al 911 diciendo que los pandilleros estaban golpeando a alguien en su callejón. Luego vio una placa destellando en la calle. Ella dijo: ‘Oh, Dios mío, ese es el agente’”.
Los informes que presentaron los diputados carecían de pruebas suficientes y los cargos penales contra Polk fueron desestimados durante la audiencia preliminar. Pero en ese momento, Polk estaba decidido a acabar con las pandillas de agentes.